Someterse a un tratamiento de Ortodoncia tiene innumerables beneficios, no solo a nivel estético sino también funcional. Tener los dientes alineados y rectos, además de mejorar notablemente el aspecto de tu sonrisa, permite una mejor higiene, lo que disminuye el riesgo de desarrollar caries y periodontitis.
Por otro lado, consigue que tengas una oclusión estable, de manera que los dientes encajen correctamente a la hora de morder. La oclusión es fundamental para evitar desgastes en la superficie de los dientes, así como sobrecargas en los músculos y articulación de la mandíbula.
Estos son solo algunos de los objetivos que persigue el tratamiento de ortodoncia. Algo que a primera vista puede parecer tan simple como tener los dientes en su posición correcta, te ayudará a prevenir problemas importantes de salud.
Sin embargo, la gente suele tener ciertas dudas acerca de este tratamiento. A lo largo de este artículo, trataremos de resolver las más comunes, siempre teniendo en cuenta que cada caso es diferente y que es imprescindible estudiarlo con las pruebas diagnósticas correspondientes.
¿Soy demasiado mayor para llevar Ortodoncia?
En ningún caso la edad avanzada es un impedimento para someterse a este tratamiento. La Ortodoncia se recomienda a todas aquellas personas que sufren un problema de maloclusión dental, independientemente de su edad. Realmente, la única contraindicación para que una persona no inicie este tratamiento, es que su boca no se encuentre en salud, es decir, que presente caries o enfermedad periodontal no controlada, entre otras patologías.
En estos casos, colocar Ortodoncia podría acarrear más problemas que beneficios. Además, habrá que valorar de forma individual si existen otras alternativas para conseguir el objetivo que se persigue con este tratamiento.
¿Se puede llevar Ortodoncia por segunda vez?
Como hemos visto, uno de los objetivos que persigue la Ortodoncia, es colocar los dientes en su posición correcta. Para mantenerlos en esta posición, al finalizar el tratamiento se colocan sistemas de retención que actúan como freno para el movimiento de los dientes. Distinguimos dos tipos: fijo y removible.
El fijo, consiste en un alambre muy fino que se coloca en la parte interior de los dientes, por lo que no es visible ni intercede en ninguna función. Es una opción muy cómoda pero dificulta la higiene interdental, por lo que muchas veces preferimos confeccionar unas fundas transparentes de quitar y poner, que deben usarse todas las noches de forma permanente.
Si no somos constantes con los sistemas de retención, los dientes tienden a regresar poco a poco a su posición original. Hasta hace unos años, no era tan común usarlos, o no se les daba la importancia que tienen hoy. Por eso, muchas personas que llevaron Ortodoncia en el pasado, necesitan un segundo tratamiento para corregir las malposiciones y revertir estos movimientos indeseados. Son los llamados retratamientos de Ortodoncia y ocupan un gran porcentaje de nuestra práctica clínica diaria.
También es muy común que las personas que necesitaron Ortodoncia durante la niñez, vuelvan a requerir un segundo tratamiento.
La Ortodoncia interceptiva es aquella que colocamos cuando los niños aún se encuentran en etapa de desarrollo, con el fin de dirigir y compensar el tamaño del maxilar y la mandíbula. A pesar de la utilidad de la Ortodoncia Interceptiva, lo más habitual es que se requiera una segunda fase de tratamiento, una vez concluido el crecimiento óseo.
¿Es doloroso llevar Ortodoncia?
Durante el tiempo que lleves Ortodoncia, te citaremos para ver la evolución del tratamiento y realizar los ajustes necesarios: cambios de arcos, colocación de elásticos, entrega de fundas…
Como la mayoría de los tratamientos en Odontología, estos ajustes de Ortodoncia requieren un pequeño periodo de adaptación. Es común que tras las revisiones experimentes una leve presión, que desaparece a los pocos días, en los que te recomendamos comer alimentos blandos para evitar molestias.
También pueden surgir de forma puntual pequeñas heridas o llagas en el interior de la boca, como consecuencia del roce del aparato. Una solución muy cómoda para aliviar esta irritación, consiste en colocar una pequeña porción de cera protectora en la superficie de los brackets.
¿Cuánto dura un tratamiento de Ortodoncia?
La duración depende del grado de malposición que presenten tus dientes. No es lo mismo un tratamiento que se coloca para corregir una ligera rotación de un diente por fines estéticos, que un tratamiento para corregir una maloclusión.
Mientras que en el primer caso, el tratamiento es tan sencillo como alinear los dientes, en el segundo habrá que corregir la mordida y será más complejo y duradero.
Como siempre, cada caso es único y por ello debe ser evaluado de forma individual. Sin embargo, podemos afirmar que gracias a los avances en Odontología, los tratamientos de Ortodoncia son cada vez más cortos. Además, la comodidad que ofrecen los sistemas más novedosos, como el Invisalign, hace que este periodo sea mucho más cómodo y ameno.
Otra de las ventajas que ofrece este tipo de Ortodoncia, es que nos permite visualizar el final del tratamiento antes de comenzarlo, y nos proporciona una estimación aproximada del número de alienadores que necesitaremos para obtener el resultado, y por tanto el tiempo de duración.
¿Puede la Ortodoncia cambiarme la expresión facial?
Normalmente, la Ortodoncia no conlleva un cambio drástico en la apariencia física. Sin embargo, en pacientes que presentan maloclusiones severas o problemas esqueléticos, el tratamiento Ortodóncico puede modificar algunos aspectos, concretamente la posición del labio.
Por ejemplo, si hay un diente de delante que sobresale más de la cuenta, este tiende a empujar el labio hacia adelante. Al llevarlo a su posición ideal es decir, hacia atrás, el labio también puede retruirse ligeramente. También puede suceder lo contrario, que los dientes estén hacia dentro y que el labio presente un aspecto más hundido. En este caso, al corregir su inclinación, el labio se proyecta hacia delante.
Estos cambios son casi imperceptibles y muchas veces suponen una mejoría en el aspecto de la sonrisa. Los casos en los que puede producirse un cambio sustancial de la cara es en aquellos pacientes que necesitan cirugía ortognática, ya que tiene como objetivo cambiar la posición y la forma del maxilar o de la mandíbula. Esta intervención la realiza siempre un cirujano maxilofacial de forma coordinada con el ortodoncista.
¿Puedo llevar Ortodoncia si tengo un implante dental?
Los implantes dentales se unen al hueso de forma fija, de manera que no es posible moverlos con las fuerzas ortodóncicas. Por ello, si estás planteándote un tratamiento con Ortodoncia, pero necesitas reponer una pieza ausente, te recomendamos que empieces primero con la Ortodoncia.
Dicho esto, también es posible llevar Ortodoncia si ya tienes implantes, siempre y cuando se planifique correctamente. Todos los tratamientos que realizamos, tienen detrás un estudio completo, de manera que determinamos la posición final de los dientes antes de colocar la Ortodoncia.
Otras veces sucede al revés; la pérdida de un diente provoca un cierre del hueco, con lo que no disponemos de espacio suficiente para colocar una corona. Para abrir ese espacio, necesitamos recolocar los dientes de al lado con Ortodoncia.
En Artem Dental, somos especialistas en abordar este tipo de casos que requieren de varias disciplinas de la Odontología.
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Estas son algunas de las dudas más frecuentes, pero si hay alguna otra cuestión que quieras consultar con nosotros, puedes escribirnos a nuestra dirección de correo electrónico o pedir cita con nuestra especialista en Ortodoncia y Odontopediatría, la Doctora Teresa Alvear Campuzano. Ella se encargará de explicarte detalladamente cada procedimiento, de manera que no te quede ninguna duda.